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10 reglas de oro para mejorar tu redacción


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Empieza por disfrutar lo que escribes, para que se vea reflejado en tus párrafos

Como un adicto necesita su droga, un redactor necesita escribir. Un grupo de líneas que logren generar placer en el lector solo pueden venir de quien obtuvo satisfacción al escribirlas. Si no disfrutas lo que escribes es posible que tengas algo pendiente que resolver: miedos, dolores, prejuicios o pensamientos que simplemente se apoderan de tus palabras.

Todos tenemos dificultades que resolver en redacción. Un buen ejercicio es enfocarte en un tema que te apasione. Bandera Online tiene una dosis de notas de contenido constante que pueden servir como materia prima de tus nuevos contenidos. Vives en un mundo lleno de información divertida, útil y apasionante. Disfrútalo.


UNO: 10 mil horas de redacción.


La fórmula para convertirse en un experto es la práctica deliberada y profunda por 10.000 horas que resulta en habilidades de nivel mundial. Es muy importante definir la frecuencia del trabajo de redacción, tener tiempos que mantengan un ritmo constante de relación con las palabras para lograr encontrar el tono que genere esa química de placer en tu cerebro. Como con el deporte o con la comida, los malos hábitos en redacción acaban con el escritor que tienes dentro y los buenos hacen que todo el talento fluya. Un par de horas diarias mínimo sin parar jamás.


DOS: Fuentes de inspiración.


Una hoja en blanco. Un rostro hermoso. Una gran injusticia. Un dolor en el alma. Un momento de alegría. Un silencio incómodo. Una mirada seductora. El olor del café en la mañana. Un día soleado sin una sola nube o en medio de un aguacero torrencial. Un Café frío abandonado desde hace horas por un desconocido. Las ganas de siempre de huir de todo. Las ganas de siempre de ganarlo todo. Todas las cosas aburridas pero necesarias. La lista puede ser tan larga como las ganas de escribir.

Lo importante es ser auténtico. Encuentra tu voz, tu tono y estilo. No intentes sonar distinto a como hablas, el lector lo notará. Tampoco trates de imitar el estilo ni las ideas de alguien más. No escribas de un tema que no conoces. Hay varias formas de estructurar un texto. Puedes ir de lo más importante a lo menos relevante, por ejemplo. También es un buen comienzo responder preguntas como: ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿cómo? Y ¿dónde?

Como todo en la vida, escribir también exige enfoque y concentración. Antes de escribir asegúrate de estar en un ambiente relajado que invite a la inspiración. De ser posible apaga tu celular y todas las alertas de cualquier otra distracción.


TRES: Muchos puntos, tantos como sea necesario. Pero siempre muchos.


Los signos de puntuación son el ritmo: el uso exagerado termina en interrupciones incómodas para el lector, y la ausencia de signos de puntuación termina en párrafos eternos de una sola oración. Siempre que escribas una coma piensa si se puede sustituir por un punto.

Utiliza subtítulos si el texto es largo. Dividirlo, así como omitir paréntesis y guiones agregando puntos o comas, ayuda a descansar los ojos y hace más fluida y más limpia la lectura. También funciona evitar el exceso de negritas y letras itálicas. Decide lo que realmente vale la pena resaltar.


CUATRO: Adjetivos y adverbios con límites.


Las descripciones son importantes, pero abusar de adjetivos y adverbios resulta insoportable para el lector. Siempre encontrarás palabras que puedes eliminar: muy, sinceramente, realmente, quizás, asombroso, demasiado, increíble, verdaderamente, justo, claramente. En palabras de Horacio Quiroga “Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil”.


CINCO: La ortografía genera credibilidad.


Es difícil creerle a una persona que escribe con errores de ortografía. Hoy en día casi todos los sistemas de redacción y los programas en general usan correctores de texto funcionales pero no absolutamente confiables. Debes saber que los correctores no arreglan todos los errores, en especial de acentos diacríticos. Si no sabes cómo se usa una palabra, simplemente no la uses. Igual sucede en la gramática.


SEIS: Titulares: 10 diarios.


El momento de conceptualización mas preciso y puntal es la elaboración de un titular. Y no solo por ser el principal gancho que seduce personas para que decidan leer el resto de las palabras en el documento si no porque exige además contar la historia en no más de 5 palabras. Una estrategia excelente es escribir 10 titulares diarios y revisarlos al día siguiente para evaluarlos con toda la exigencia necesaria que pueda determinar si son buenos o no.


SIETE: Reescribe los artículos que amas.


Leer lo que te impresiona suele darle nutrientes especiales a tu tono de redacción: combinaciones de palabras nuevas, interpretaciones distintas a las palabras comunes y juegos de sonidos que pueden hacer que tu redacción sea más divertida. Relee los artículos que amaste la primera vez y escríbelos de nuevo pero ahora con tus palabras. Trata de lograr el mismo efecto que te fascino de ese autor pero con tus propias palabras.

OCHO: Reescribe los artículos que odias.


Poner en práctica tu visión de crítico de redacción y enfrentarla a tu capacidad de respuesta te puede mostrar si eres capaz de hacer bien lo que crees que se hizo mal. Toma esos artículos que te parecen terribles y reescríbelos desde el comienzo. Hazlo una y otra vez hasta que logres lo que el original fue incapaz


NUEVE: Conoce a tu lector.

​Debes saber quién es tu lector. Imaginarlo. Conocer sus intereses, su forma de usar las palabras, sus espacios de lectura y así encontrar los puntos en los que podrás conectarte con él. Puedes pedirle a alguien más que lea tu texto, alguien que sea como el lector que buscas, alguien de confianza, pero que no sea un especialista en el tema. Esa persona te ayudará a saber en qué punto ahondar, qué cortar y si hay alguna frase confusa. La retroalimentación de otra persona te ayudará a no dar nada por sentado. Lo que para nosotros es completamente comprensible, para el lector puede no serlo. No puedes pensar que hay cosas que son obvias para “todo el mundo”. Usar números o bullets hace más fácil y entendible un texto. Cuando sea posible, no dudes en enumerar tus puntos o en agregarles un guion a tus conclusiones.


DIEZ: Un comienzo y un final de película.

Inicia y termina tus textos con fuerza. El inicio es el que cautiva a la audiencia. El desenlace es lo que más será recordado por el espectador en el largo plazo. Por ejemplo, puedes arrancar con una pregunta y terminar respondiéndola. Un buen escritor es un buen lector. Los libros, artículos, revistas y post te brindan un mar de ideas sobre cómo narrar una historia, así como trucos de ortografía y vocabulario para darle fuerza y potencia al inicio y al final del texto.

Es importante leer sobre diferentes temas y autores para usar referencias. Léelo en voz alta para notar si la fluidez y las pausas son apropiadas. Si al leer una oración te quedas sin aliento, es momento de añadir un punto. Si notas que tus palabras producen cacofonía (repetición de sonidos) reemplázalas.

Revisa muchas veces La mayoría de los errores pueden evitarse con una revisión. Lee cuidadosamente tu texto, verifica tu ortografía. No te vuelvas perfeccionista: siempre sentirás que tu texto puede mejorar, por lo que debes saber cuándo publicar para darle un final.


Vuélvete un adicto.


Como un adicto necesita su droga, un redactor necesita escribir. Encuentra el placer, haz que escribir sea tu vicio. Como las potentes palabras de Danny Boyle en Trainspotting: "... Si eres un adicto, sé un adicto a otra cosa: respira profundamente y sé adicto de quien te quiere. Sé adicto a tu futuro. Sé adicto a la vida..." si lo que te divierte es escribir, sé un adicto a las palabras.



Redacción Tienda Bandera /// Foto Pixabay /// Cod: 12.17

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