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Ponle el precio correcto a tu trabajo.


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Tiempo no es igual a dinero, pero tu tiempo vale oro.

“El dinero y el éxito no cambian a las personas. Simplemente, amplifican lo que ya está ahí" - Will Smith


Tiempo no es igual a dinero.

Deja de vender tu tiempo y concéntrate en el valor que eres capaz de crear. No caigas en la trampa de pensar que la cantidad que cobras tiene que correlacionarse directamente con la cantidad de horas que trabajas. Diez minutos de tu tiempo podrían potencialmente ahorrar o crear miles de millones o, por el contrario, podrías pasar días tratando de arreglar un problema que no vale la pena para el negocio de tu cliente.


Cuando vendes tu tiempo, todos olvidan que el valor proviene de resolver problemas sin trabajar muchas horas. Podría esto justificar en gran medida la automatización moderna en una empresa. No tiene gracia tomar más tiempo del necesario para romper una nuez.

Vales más de lo que piensas

Todos esos años y experiencias cuentan mucho. No te pagan solo por hacer una labor, por tu conocimiento y los años de experiencia, hay mucho más que eso: tus clientes no solo están comprando una solución, sino también compran buena intuición para tomar decisiones, compran confianza, comprensión y tranquilidad.


Pagan el derecho de trabajar con alguien que se preocupe por sus intereses. Tu valor no se trata solo de lo que haces, sino también de cómo y por qué lo haces. Es posible que puedan ir con otro proveedor, pero no obtendrán lo que tú les puedes dar.


Decir que sí a todo solo te hace ser bueno en nada.

Si dices que si a todo, con el tiempo te abrumarás haciendo un trabajo que no disfrutas. Decir que si demasiado pronto también puede parecer más desesperado que entusiasta. Decir no, por otro lado, inspira confianza.


Decir no significa que puedes concentrarte en hacer tu mejor trabajo y ser realmente bueno en eso. Un buen NO muy firme también puede ser empoderador. Genera respeto. Es una señal de que estás a cargo y confías en tu valor.


Dinero no es una mala palabra

El dinero puede llevarte a alcanzar tu propósito. Dinero no es solo la suma de tus costos más un poco más. El beneficio es una medida del valor que proporcionas: tu combinación única de conocimiento, experiencia y conocimiento. El dinero facilita todas las cosas impactantes que deseas lograr. Te da el poder de pagar y ayudar a los demás. No se trata de elegir entre un propósito o el dinero, se trata de decir que sí a ambos.


Establece tu tarifa con calma.

No muestres tus cartas demasiado rápido. Fijar un precio demasiado rápido puede significar que no has entendido el problema real. Establecer el precio correcto proviene de comprender lo que realmente se necesita. Significa tomarse más tiempo para aprender, comprender y discutir las necesidades de tu cliente.


Trabaja con tus clientes para aclarar el trabajo que debes realizar. Solo ahí pones el precio.

No te dejes presionar para que presentes un precio del que no estás seguro. Si lo haces seguro será demasiado bajo. No vale la pena que los clientes paguen menos por algo que no hace el trabajo.


Precio alto significa ahorro a largo plazo

Pon un precio que te motive a hacer tu trabajo mejor. Recuerda que aquel que compra barato, tendrá que comprar dos veces. Cuando cobras tu valor y haces tu mejor trabajo, tu cliente no necesita gastar más dinero. De hecho, probablemente harás un trabajo tan bueno que ellos estarán felices de haber hecho la inversión y se lo contarán a otros.


Esa es la estrategia de mercadeo del "boca en boca" en acción: el marketing más económico y eficaz que existe no viene de gastar más dinero en pauta. Viene de un trabajo bien hecho que sea de alta calidad, justifique un precio elevado y proporcione buenas sensaciones y soluciones inmediatas.


Redacción Tienda Bandera/// Foto librería gratuita /// Cod: 09.21

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