
La única forma de cambiar un mal hábito sin fuerza de voluntad es encontrar la idea que te hace daño y reemplazarla. Solo necesitas la completa decisión de querer cambiar algo de tu vida.
Una idea que quieres cambiar: "Me encanta el alcohol, es mi amigo. Me hace feliz, me hace más gracioso. Es parte de mi personalidad"
Si eres capaz de creer en una idea nueva, el cambio de comportamiento vendrá automáticamente. La fuerza de voluntad la necesitas para ir en contra de algo que estás seguro de que es real y no puedes cambiar, así que tienes que usar tu voluntad